martes, junio 29, 2004

Cre...

Creer es crear.
Esta frase llegó hoy a mis oídos mientras ordenaba mis libros de estudio (cada día suman más y ya no sé cómo transportalos). La primera reacción que se tiene ante este tipo de afirmaciones radicales es dudosa, porque en general encierran falacias... pero lo que sí es cierto, es que para crear hay que creer. Creer, entendido como la razón tras la decisión creativa. El "hacer" en general siempre encierra la incertidumbre de la interacción con el medio. Caminar plácidamente a pies desacalzos y ojos cerrados, por el pasto húmedo en primavera y pisar la mierda del perro. Para realizar ese acto y cerrar los ojos, debo:
1. Confiar en que no me encontraré con tal pastel
2. Asumir el encuentro como algo posible, pero incluso en este hipótesis, a menos que sea un amante de los excrementos, no querría que aquello suceda
Entonces... lo que hace ir igual y disfrutar de la acción voluntaria es el asumir que una situación determinada será, o al menos considerar que se tienen las posibilidades de reacción del entorno a nuestras intervención, claras.
Pero como aquello nunca será seguro, a menos que nos encontremos en situaciones ideales de laboratorio, finalmente, es el creer el que derivará en la acción.
Entonces, podremos reformular la frase diciendo:
creeación.

(Qué estupideces más grandes piensa uno cuando tiene sueño)

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