lunes, noviembre 08, 2004

Gripeness... esto sí es un desvarío.

Agripada y con la garganta inflamada, no sé si de tanto fumar (y eso que tampoco fumo demasiado), bailo moviendo las manos suavemente y con el pelo de un lado a otro, cubriendo a medias un rostro apenado. Esta nueva faceta de mi cabellera me gusta, luego de una visita a una de esas peluquerías del monstruosamente bronceado tipo de la tele (la Feña dijo "oye, hay un gallo que trabaja ahí que corta increíble, es mino y no es gay lo que le da un plus al proceso de corte", que me hizo pensar en lo divertido de tener amigas tan diferentes a mí), mi pelo sigue largo, a tal punto que nadie compartió la inicial sensación de pesar al no tener conflictos para sentarme ahora, porque sigue siendo un cabello socialmente considerado largo. En fin. El punto es que algo inexplicable que el tipo aquel hizo con sus tijeras de filo realizado con láser (las tijeras son una de mis pasiones, y con el señor peluquero conversamos un rato de tan interesante artefacto), se tradujo en algo diferente, un orden o desorden que enmarca mi rostro de forma singular. Las personas que lo han notado, en general me dicen: "¿qué te hiciste? estás como peinada" Plop.
Es necesario mencionar (y si no lo es, no importa, estoy resfriada y media inconsciente) que la visita a este extraño lugar plagado de mujeres con dinero para perder en múltiples tratamientos de dudosa efectividad, fue debido a la insistencia de muchos (consideraban que parecía como si perteneciese a alguna secta extraña) y al claro daño generado con el tiempo y autoinducido (juego de aburrimiento de estudio: tomar las dos puntas de una "idem" partida -gráficamente, con forma de "Y"-, y seguir separándolas hasta que una de ellas se cortara) Y por supuesto, debido a que fui auspiciada para realizar dicha acción.
Me pica la garganta y respirar se dificulta.
En el almuerzo de hoy, luego de uno de mis clásicos suspiros, mi papá me dijo "la comida te puso triste" a lo que yo repliqué "papá, tu aún no te das cuenta que yo soy así". Y él, no encontró nada mejor que decir "noooo". No. ¿Y cómo puede él con tanta propiedad des-definirme? Hum, no sé, es mi padre y me imagino que por regla general uno diría que esa es la razón, pero en este caso en particular... no sé. ¿Cómo puede saber él que uno de mis juegos de infancia (tos) era autoinducirme el llanto? y sin ese dato... gran parte de mi suspirar constante puede ser incomprenidido.
(Llegó gente, hay ruidos y conversaciones triviales que llegan a mis oídos. Tos y dolor en la garganta) Es un hecho que hay una bola de pelos de angustia en medio de la inflamación. Las desilusiones son terribles, uno desea colgarse de la fantasía creada pero de a poco se desvanece, hasta que es inevitable caer a tierra, con los golpes de rigor. Luego viene un proceso de desprendimiento, de dejar ir, que es muy difícil, era tan agradable vivir allá... Y luego conscientizar la soledad y el adiós que debe darse en el pensamiento a una idea que ya no será concretizable. Estoy triste. Soy triste.
Ser paciente y bondadoso es pésimo para las relaciones amorosas, sobre todo si estas son a distancia, es mi conclusión final. Ser taaaaaaan bueno sólo se traduce en desenlaces muuuuuuuy malos. La delgada línea entre el uso y el abuso de aquello, por parte de otros es fácilmente franqueable. El problema es que no sé ser de otra manera.
(Tos) Me duele la garganta, reflexiono sobre la real posibilidad de ser "alternativo" y concluyo que todos lo somos.
Voy a desordenar mi cama con imágenes, para confeccionar un collage sobre las tapas de un cuaderno, que será regalado mañana a una amiga que da su examen, y si todo sale como es esperado, comenzará a escribir cosas en él.
Esperemos que así sea.
(dolor)
(en la garganta)
(en un sitio inmaterial que abarca todo mi cuerpo)

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2 Comentarios:

Blogger unsologato dijo...

Otro buen texto de nuestra amiga Miursa... Llego a casa y el blog es más real. Hay un rostro de verdad. Esa encantadora dualidad. No creo que hayas hecho un esfuerzo en no parecer triste. No se te vio triste, se te vio bien... Aunque en las uñas lleves la melancolía, que siempre hay que llevar emn alguna parte... Qué significa bien? Lo que tengas ganas, pero con algunas sonrisas sinceras o maullidos de gatos... Cuando me escribas a mi casilla, te escribo más largo... Este texto tiene eso de la buena literatura, el pasaje sin trauma ni culpa de lo frívolo y banal a lo serio y terrible. Después que lo leí, me dije: se lo pediría prestado para mi novela... supuesta y proyectada novela... Tal vez necesito algo de ayuda... un personaje real que sueñe ser virtual, o viceversa... Aceptás la invitación?
Chau. Un beso con dedicatoria.

4:22 p. m.  
Blogger José Ignacio Stark dijo...

¿Aló? ¿Sí? ¿Qué? No me diga, usted también fue a la peluqueía. Lástima que me hayan dejado el pelo como una achicoria podrida. Es que esto del brushing a uno no le viene bien. ¿Y qué? No sé. Yo también tengo la garganta inflamada. Es más, creo que la sinusitis esa que creía tener controlada por culpa de este clima de mierda ha vuelto a rondar por acá. Y si, la desilusiíon me invade. La angustia. Una bola de pelos tan grande como la tuya que no puedo expulsar porque seguro se llevaría a medio Chile consigo. Lo siento mujer, gracias por llamar, pero en realidad me debo ir. Si, al agua, no de la ducha, la de la calle, esa que cae del cielo. Un gustazo. Gracias por llamar, de nuevo. Chau.

2:11 p. m.  

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