domingo, enero 08, 2006

Trash Parade

"Love Parade" surgió el 89 en Europa, específicamente en Berlín Occidental, un poco antes de la caída del muro. Allá, luego de algunos años se instauró la norma de que los auspiciadores fuesen sólo marcas relacionadas con el mundo de la electrónica. Esto obviamente no sucede acá, tal vez no tenemos una "escena" tan desarrollada como para financiar el evento, pero el punto es que acá parece que quien quiere entra y eso lamentablemente termina por trasformar el evento en una gran vitrina publicitaria mientras uno cree que es simplemente una fiesta gratis de paz, amor y electrónica.

Igual rescato el espíritu de libertad del ambiente. Una cuota de eso siempre nos viene bien como sociedad reprimida que somos.
A todo esto, hace dos años que en Berlín ya no se hace.

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jueves, enero 05, 2006

¿Wong Kar Wai, dónde quedó la simpleza?

Ayer fui al cine. 2046. Era necesario, ya mi cabeza estaba a punto de explotar de tanta papa rallada condimentada con thc.
Soy una vieja. Es que hay cosas que en la interacción con otros seres humanos, me enervan.
A ver, partamos por lo bueno, vi el trailler de Old Boy, peli que tuve el gusto de ver en Portugal, que obviamente veré de nuevo, ahora sí con subtítulos en español y que recomiendo un millón por ciento. Es lejos una de las pelis más sorprendentes que he visto. Todo iba bien hasta ahí, porque luego empezó a llegar más gente a la sala, atrasada por supuesto, y mi oasis de asientos vacíos se vio alterado por dos viejas que se sentaron a mi lado. Es que a veces me viene la claustrohumanofobia y me desespero.
Ya, filo, nada más que hacer, seguro que en la matina había menos seres.
Pero luego estas gentes de mi entorno directo e indirecto comienzan a sacar sus chocolates y paquetes sonoros, y ya mi paciencia comienza a colmarse. ¿Porqué la gente come cuando va al cine? Yo pido una explicación por favor, siceramente es algo no logro comprender. En silencio, hacen sonar sus envoltorios y mastican y mastican y mastican. Para mí, es mil veces más entrete, si ando acompañada, ir a comer algo después de la peli, el mismo chocolate o las ramitas, mientras comentas lo recien apreciado, pero no comprendo esa práctica, como si ver la peli en sí no fuese ocupación suficiente, como si no necesitaras todo tus sentidos en esa pantalla.
¡Shhhhss!, más van y vienen, las viejas me miran con caras, yo las miro de vuelta.
Al final me acostumbro, es que ya no hay mucho que hacer, intento abstraerme y no pensar en digestiones ajenas.

La peli en sí... diablos, difícil. No puedo decir fácilmente que me gustó, la encontré majaderamente enrredada, y eso me chocó luego de fascinarme con la simpleza de In the mood for love. Una vez más, el tema central de la banda sonora es hipnotizante, y esas canciones en español le dan un toque bizarro a la imagen oriental. La estética nuevamente me agrada. Pero la historia, algo pasa con la historia... al final agota un poco. Por momentos demasiado romanticona simple, no me golpea, me dio tiempo para pensar, y eso en el cine no es bueno. Al menos para mí.
Lo otro, Zhang Ziyi. A ver, me enamoré de ella un poco hace años, me encanta, pero no puedo sacarla en mi mente del papel de aprendiz lolein kung-futeca. Entonces verla de prosti enamorada y despechada fue por decir lo menos fuerte, luego de apreciarla en ese magnífico salto al vacío en Crouching Tiger, Hidden Dragon. Aparte que al lado de Maggie Cheung, en estos roles dramáticos, no hay comparación. Faye Wong, quien interpreta al amor no correspondido del escritor, con quien aparece en la foto, fue una agradable sorpresa, un interesante personaje de una belleza muy particular y oh, cáspitas, es una cantante ultra famosa.
Nota aparte son en general estos personajes de Kar Wai que habitan hoteles, que parecen estar siempre de paso, solitarios. Me gusta tu estilo.
Creo que la peli me agradó con dificultad.

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miércoles, enero 04, 2006

Miro a un punto fijo
pareciera que la vida se contiene en esas coordenadas
Siempre es lo mismo
Es mejor la soledad al abandono

El intento infructuoso del entendimiento
ya no hay fronteras entre el yo y el entorno
todo es ajeno
todo es repulsivamente ajeno
salvo ese acto reflexivo
ese sentir que lo tiñe todo de miedo

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