miércoles, septiembre 15, 2004

Bduaghhhh ahhhhhhhhhhhhhh!

Aquí estoy, un poco borracha, esperando una movida para mañana. Menos mal que surgieron algunos interesados en cannabis y podré hacerla.
Estoy a unos meses de viajar a Europa, sin saber dónde estoy parada.
Interesante saber donde se estará en un tiempo más, pero no donde se está ahora.
Ahora que ya dejé atrás la pesadilla del examen, me he refugiado en la televisión, el vicio más burdo, algunos libros básicos interesantes, pero creo que aýn no sé qué cresta haré de mi vida.
Desilusionada y asumida como una idealista frustradra, incrédula, o tal vez sin querer crecer; sigo encerrada en un cuestionamiento vital básico, que impide la acción voluntaria en función a un objetivo claro.
Dudo de la claridad.
Sólo estoy feliz porque acá pronto llegará la primavera y el verano, y al fin el deseo de subir y romper con mis manos ese cielo nublado que me impide recibir la luz vital, acabará sin necesidad de intentar ser consumado gracias al clima.
Y esa es la gran razón por la que retrasé mi viaje. La cobardía ante dos inviernos en un año.
Me basta con el interno permanente.

A veces me siento viviendo en el poto del mundo. Un lugar dependiente de miles de variables externas, chupando coños por doquier, bombardeado de mentiras mediáticas, lleno de hipocrecías, con personas que aún celebran la dictadura militar, con políticos corruptos, con padres conservadores, con cuanta mierda que me agobia, pero es mi mierda, vivo en ella día a día, abro los ojos, y me veo en ella, que cosa más asquerosa.

Y soy un ser romántico en esencia, qué mentiras puedo llegar a generar para superar la puta realidad.

Ojalá la vida fuera como en Rapa nui. Fumar porros, reír, pensar, conversar y besar.

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