sábado, agosto 27, 2005

I like cookies

Hace unos días fui a una exposición en la que se atacó fuertmente la moral católica. Las personas asistentes a ésta que compartían dichos valores, se sentieron personalmente tocados por la crítica, impidiendo llegar a un análisis más profundo, menos visible y obvio, de las cuestiones tratadas.
En mi corta experiencia en contacto con personas que comparten aquella definición valórica, me incomoda que no haya un análisis más serio de lo que se dice. Yo entiendo que la fe está en el sustento de ese sistema, pero no creo que ésta deba permear todo lo que derive del mismo. Si dicha fe conlleva consecuencias reales en la interacción social, se debe buscar, a su vez, un fundamento posible de comprender por personas que no la comparten. Y no simplemente justificarse en el dogma.
Y es ese ejercicio reflexivo el ausente. Se han acostumbrado a que con un mínimo esfuerzo, tienen un nivel de adhesión significativo que les ha permitido permear toda la regulación social.
De hecho, fue tragicómico cuando una de las personas del público, hizo una pregunta muy precisa respecto a un concepto que había utilizado uno de ellos, y éste al respoder le señaló algo así como que no lo recordaba pero se comprometía a hacerlo llegar.
Por favor.
Estamos hablando de un concepto que era básico en su argumentación, ¿y ni siquiera tenía la posibilidad de definirlo? Una persona que supuestamente sabe de lo que está hablando y no simplemente da una opinión.

Entonces la instancias en que temas valóricos se discutan, es lo que se necesita. Para hacer al sistema reflexionar, movilizarlo. En ese intento, está el cambio en potencia.

Etiquetas: , ,

miércoles, agosto 03, 2005

Idea.

El otro día me topé en un diario con una carta de un "abogado" en respuesta a un "egresado de derecho" referente al tema del matrimonio homosexual. Lo que me molestó de esa carta no era solamente lo básico de la argumentación, sino el tonito de "y ud, no recuerda en sus clases de derecho nosécual el principio tanto... el aforismo y la gueá..." ... demasiado básico.
A ver.
El derecho es una creación humana con el objeto de regular relaciones que, debido a la complejización de las mismas, hace muy difícil su definición por los particulares. No es más que eso. No hay principios que vengan fuera de ese ámbito netamente práctico.
Así, la ley no viene de un estadio previo, ni menos determina dichas relaciones: al contrario, es el derecho el que debe responder a una necesidad, a una realidad, y no suplantarla mediante imposiciones deseadas.
Es por ello que no porque el Código Civil defina el matrimonio como un contrato entre un hombre y una mujer, significa que es la conducta la que debe ser modificada para ajustarse a la ley, porque "así debe ser", sino por el contrario, es ésta la que debe modificarse con el fin de que en una sociedad tenga cabida la regulación objetiva de situaciones que de hecho se dan.
El Derecho no debería ser un medio para imponer una determinada estructura moral cuando hablamos de ámbitos que no tocan los derechos ajenos, sino que debería resguardar y respetar el espacio de intimidad en que cada persona pueda resolver de qué forma se relaciona, mientras no se dañe a terceros.
Y yo creo que las relaciones amorosas entre adultos tienen esa característica.
Estaría bueno que de una vez por todas los habitantes de este país ultra conservador dejen de sentirse culpables por las acciones ajenas, y comiencen a hacer algo por exclusivamente encauzar las propias dentro de el marco personal de definiciones valóricas.
Punto.

Etiquetas: , ,